El golpe de calor en gatos es una urgencia veterinaria grave que puede presentarse de forma repentina, especialmente durante épocas de altas temperaturas como el verano.
Aunque solemos asociar este riesgo principalmente con los perros, los gatos también son vulnerables y, en muchos casos, el diagnóstico llega demasiado tarde, ya que tienden a ocultar su malestar.
En España, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes, el riesgo es real y creciente. Por ejemplo, en Baleares, el verano de 2025 ha registrado temperaturas extremas cercanas a los 39 °C, lo que aumenta considerablemente las emergencias veterinarias por golpe de calor en mascotas (Cadena SER).
Cuando la temperatura corporal de un gato supera los 41 °C, existe un alto riesgo de daño grave en órganos vitales, lo que puede resultar fatal (Pets & Vets).
Los signos de alerta incluyen jadeo excesivo, letargo, encías muy rojas, desorientación o incluso pérdida de conciencia.
Diversos hospitales y clínicas veterinarias españolas, como el Hospital Veterinario Puchol, Balmesvet y Kissà Veterinaris, destacan la importancia de actuar con rapidez y conocimiento ante esta emergencia.
Según un estudio publicado en el Journal of Veterinary Emergency and Critical Care, la tasa de mortalidad en casos graves de golpe de calor en gatos puede alcanzar el 50%, lo que subraya la necesidad de reconocer los síntomas a tiempo y aplicar medidas inmediatas para salvar la vida de nuestros compañeros felinos.

Índice
- Qué es el golpe de calor en gatos
- Causas y factores de riesgo
- Síntomas principales
- Primeros auxilios en caso de golpe de calor
- Tratamiento veterinario
- Prevención del golpe de calor en gatos
- Errores comunes que se deben evitar
- 🐾 Pets Stays Insight
1. Qué es el golpe de calor en gatos
El golpe de calor, también llamado hipertermia, ocurre cuando la temperatura corporal del gato supera los 39,5 °C, y el organismo es incapaz de regularla.
A diferencia de los humanos, los gatos aguantan el calor mucho peor porque no sudan de manera efectiva, y su capacidad de disipar calor es limitada.

Cuando la temperatura sube por encima de lo tolerable, el cuerpo empieza a fallar: órganos vitales como cerebro, corazón, hígado y riñones pueden sufrir daños irreversibles.
El golpe de calor es, por tanto, una emergencia vital: un gato que no recibe atención inmediata puede fallecer en cuestión de minutos.
2. Causas y factores de riesgo
Aunque el golpe de calor en gatos puede presentarse en cualquier felino, hay ciertas situaciones que aumentan mucho el riesgo.
Algunas de ellas son bastante comunes en el día a día, por eso conviene tenerlas muy presentes:
- Altas temperaturas: cuando llegan los días más calurosos del verano, la exposición directa al sol o los espacios mal ventilados pueden ser un gran peligro.
- Espacios reducidos y cerrados: dejar a un gato dentro de un coche, un transportín cerrado o una habitación sin ventilación puede provocar un golpe de calor en pocos minutos.
- Ejercicio en climas cálidos: aunque les guste jugar, los esfuerzos excesivos cuando hace mucho calor pueden pasarnos factura a todos… y también a ellos.
- Factores individuales: algunos gatos tienen más riesgo que otros, como los de cara chata (persas, himalayos), los gatos con sobrepeso, los ancianos o aquellos que padecen alguna enfermedad.
- Falta de agua fresca: sin una buena hidratación, su cuerpo tiene aún más dificultad para regular la temperatura.

En España, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes, estos factores se potencian aún más.
Los gatos que viven en zonas urbanas, con menos sombra y circulación de aire, son especialmente vulnerables.
3. Síntomas principales
Los signos de un golpe de calor en gatos pueden ser diferentes en cada caso, pero todos ellos son señales de alarma a las que debemos prestar mucha atención.
Aunque los gatos suelen disimular muy bien su malestar, hay pistas que no podemos pasar por alto:
- Jadeo o respiración muy rápida, algo poco habitual en los gatos.
- Cansancio extremo o debilidad, como si no tuvieran fuerzas para moverse.
- Encías y lengua de un rojo muy intenso; en casos graves pueden verse azuladas.
- Exceso de saliva o babear más de lo normal.
- Vómitos o diarrea, en ocasiones con sangre.
- Temblores o incluso convulsiones.
- Desmayo o pérdida de conocimiento.
Cuanto antes detectemos estas señales, más posibilidades tendremos de que nuestro gato se recupere sin complicaciones.

No olvidemos que los gatos pasan calor en silencio y, a menudo, esconden sus molestias.
Por eso, nuestra observación es fundamental para actuar a tiempo, recordemos que los gatos pasan calor de forma silenciosa y muchas veces disimulan los signos de malestar.
4. Primeros auxilios en caso de golpe de calor
Cuando un gato sufre un golpe de calor, cada minuto cuenta. Saber cómo reaccionar en esos primeros momentos puede marcar la diferencia entre salvarle la vida o ponerla en grave riesgo.
Los veterinarios de clínicas como Balmesvet y Kissà Veterinaris recomiendan seguir estos pasos de primeros auxilios:
- Llévalo a un lugar fresco y ventilado para que su cuerpo empiece a bajar la temperatura.
- Ofrécele agua fresca, pero nunca lo obligues a beber si no quiere.
- Refresca su cuerpo poco a poco aplicando paños húmedos (no fríos) en la cabeza, el cuello, las axilas y las ingles.
- Evita el agua helada o el hielo, ya que pueden empeorar la situación en lugar de mejorarla.
- Acude al veterinario de inmediato, incluso si parece que se recupera.

Recuerda: lo que hagamos en casa son solo primeros auxilios. El verdadero tratamiento debe darlo un profesional. La rapidez y la calma en ese momento son tus mejores aliados para cuidar de tu gato.
“Unos minutos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte: tu rapidez es el mejor salvavidas para tu gato.”
5. Tratamiento veterinario
Una vez en la clínica, el veterinario iniciará de inmediato las medidas necesarias para estabilizar al gato y reducir los riesgos de daño irreversible.
El Hospital Veterinario Puchol señala que este proceso suele incluir distintos pasos combinados, dependiendo de la gravedad del caso:
- Fluidoterapia intravenosa: ayuda a rehidratar al gato y a regular la temperatura interna de su organismo.
- Monitorización constante de los signos vitales: se controla la frecuencia cardíaca, respiratoria y la temperatura para asegurarse de que las funciones vitales vuelvan a la normalidad poco a poco.
- Protección de los órganos internos: el golpe de calor puede afectar a hígado, riñones, corazón e incluso al sistema nervioso, por lo que el veterinario evaluará si existe algún daño y lo tratará.
- Administración de oxígeno: en los casos en los que el gato presente dificultades respiratorias o niveles bajos de oxígeno en sangre.
- Tratamiento farmacológico: se pueden utilizar medicamentos específicos para controlar convulsiones, reducir el shock o estabilizar la presión sanguínea.

En los casos más graves, puede ser necesario realizar análisis de sangre y orina para detectar fallos orgánicos, así como mantener al gato hospitalizado durante varias horas o días bajo observación intensiva.
La rapidez con la que se llega a la clínica veterinaria 24hrs es determinante: cada minuto cuenta y puede marcar la diferencia entre una recuperación completa o la aparición de secuelas graves.
6. Prevención del golpe de calor en gatos
Cuando se trata de un golpe de calor en gatos, la mejor medicina siempre será la prevención.
Nuestros compañeros felinos son más sensibles a las altas temperaturas de lo que solemos imaginar, y aunque muchas veces parecen tranquilos y adaptados, en realidad los gatos pasan calor en silencio y pueden sufrir las consecuencias si no tomamos precauciones.
Los veterinarios españoles recomiendan una serie de medidas sencillas pero muy efectivas que cualquier tutor puede aplicar en casa:
- Agua fresca y limpia siempre disponible: coloca varios bebederos en distintos lugares del hogar y cámbiala con frecuencia. Una fuente para gatos puede animarlos a beber más.
- Evitar la exposición al sol en las horas críticas: entre las 12:00 y las 18:00 el calor suele ser más intenso; procura que tu gato esté dentro de casa en un lugar fresco y sombreado.
- Mantener una buena ventilación: abrir ventanas seguras, usar ventiladores o aire acondicionado ayuda a que la temperatura no se dispare.
- Ofrecer superficies frescas: alfombrillas refrigerantes o incluso toallas húmedas colocadas en el suelo pueden ser un gran alivio.
- Nunca encerrar al gato en espacios reducidos: coches, transportines cerrados o habitaciones sin ventilación son un riesgo altísimo.
- Cepillado regular en gatos de pelo largo: eliminar el exceso de pelo ayuda a que su cuerpo no acumule tanto calor.
- Atención especial a gatos vulnerables: los obesos, los de cara chata (braquicéfalos como persas e himalayos), los ancianos y los enfermos son mucho más propensos a sufrir un golpe de calor.

Además, se pueden aplicar pequeños trucos caseros: ofrecer comida húmeda (que aporta agua extra), preparar cubitos de hielo con caldo de pollo sin sal para que jueguen y se hidraten, o dejar cortinas bajadas en las horas más calurosas para mantener la casa fresca.
En España, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes y prolongadas, estas medidas no son un lujo, sino una verdadera necesidad para cuidar de nuestros gatos.
En definitiva, la prevención es la clave: no subestimemos el calor porque, aunque a veces no lo notemos, los gatos aguantan el calor peor de lo que pensamos.
Con pequeños gestos diarios podemos evitar un gran susto y garantizarles un verano seguro y confortable.
6. Errores comunes que se deben evitar
Cuando vemos a nuestro gato en apuros por el calor, lo normal es querer ayudar de inmediato. Sin embargo, a veces esa buena intención puede jugar en contra.
Existen ciertos errores muy comunes que, lejos de mejorar la situación, pueden agravarla y poner en riesgo la vida del felino.
Conocerlos es fundamental para saber qué no hacer en caso de emergencia.
Algunos de los fallos más habituales son:
- Sumergir al gato en agua helada o aplicar hielo directamente: aunque parezca lógico intentar bajarle la temperatura de golpe, esto puede causar un shock o provocar que los vasos sanguíneos se contraigan, dificultando aún más la regulación del calor.
- Forzarlo a beber agua: obligar a un gato a ingerir líquido puede causarle atragantamiento o que el agua llegue a sus pulmones. Lo ideal es ofrecerle agua fresca y dejar que la beba a su ritmo.
- Confiarse porque “parece que mejora”: uno de los errores más graves es retrasar la visita al veterinario al ver que el gato se recupera momentáneamente. El golpe de calor puede dejar daños internos silenciosos que solo un profesional puede detectar.
- Pensar que solo los perros sufren golpes de calor: esta creencia hace que muchos tutores subestimen el riesgo en gatos. Lo cierto es que los felinos también lo padecen, y en algunos casos de forma más peligrosa porque suelen ocultar su malestar.
En resumen, estos errores pueden convertir una situación complicada en una tragedia. Saber qué evitar es tan importante como conocer los primeros auxilios adecuados.

El golpe de calor en gatos no admite improvisaciones ni remedios caseros sin criterio. La mejor forma de proteger a tu compañero es mantener la calma, aplicar medidas seguras y acudir siempre al veterinario lo antes posible.
Recordemos que un error bien intencionado puede costar la vida del gato, mientras que una acción informada puede salvarla.
7. 🐾 Pets Stays Insight
En Pets Stays queremos recordar que el golpe de calor en gatos es una emergencia silenciosa, real y potencialmente mortal, pero totalmente prevenible.
Nuestros gatos no regulan el calor como nosotros, por lo que dejarlos expuestos a altas temperaturas sin agua fresca ni lugares frescos puede causarles un daño grave en cuestión de minutos.
Mantenerlos hidratados, ofrecerles zonas ventiladas o con sombra, y vigilar su comportamiento son gestos simples que pueden salvarles la vida.
Evitar las horas de más calor, reconocer los signos de alerta y actuar rápidamente ante cualquier síntoma son acciones clave para protegerlos. Incluso un pequeño descuido puede derivar en complicaciones graves, por lo que la información y la prevención son nuestras mejores herramientas.
Desde Pets Stays recomendamos considerar opciones como guarderías y hoteles para mascotas, especialmente en verano o durante viajes. Estos espacios cuentan con profesionales capacitados y entornos controlados que aseguran que tu gato esté seguro, fresco e hidratado en todo momento.
Cuidar a nuestros gatos es un acto de amor y responsabilidad. Ellos no pueden protegerse por sí mismos, así que cada gesto de prevención cuenta.
La mejor medicina siempre será la prevención, la atención temprana y elegir espacios confiables para garantizar que tu compañero felino disfrute del verano sin riesgos.